Suena el despertador y tienes que levantarte apurada, ducharte, cambiarte, desayunar y salir corriendo al trabajo. Una y otra vez. ¿Te suena conocido?

Para muchas personas despertarse es uno de los momentos más difíciles del día, y es que ¿quién no quisiera quedarse un ratito más en la cama?. 

Sin embargo, cuando te levantas de golpe después de estar echada durante varias horas, dice la fisioterapeuta Erika Mundinger, corres el riesgo de lastimarte antes de que tus pies estén en el suelo. No es broma, probablemente todos hemos escuchado a alguien decir que se lastimó la espalda literalmente con sólo levantarse de la cama por la mañana, o a primera hora mientras se duchaba. Ir a la cama rígido o dormir en una posición incómoda, combinado con la rápida transición de levantarse, podría ser todo lo que se necesita para tensar algo en tu cuerpo.

 

Mundinger, que trabaja con pacientes en el Centro Ortopédico TRIA en Bloomington, Minnesota, también dice que suceden muchas más cosas cuando nos despertamos que simplemente ponernos de pie. “Estás cambiando la presión arterial, la frecuencia respiratoria, las ondas cerebrales”, explica. Todos estos cambios son parte de la recuperación y reparación que hace nuestro cuerpo mientras dormimos. Luego, si tenemos que salir volando de la cama, dice, no obtenemos la aceleración lenta que necesitamos.


Por las noches, solemos tener una transición para irnos a dormir, no es que estamos de pie y acto seguido estamos durmiendo. Seguramente te echas un rato a ver televisión o a leer un libro, el proceso no es de golpe. Entonces, ¿por qué no hacer una transición cuando te despiertas?

¡Buenas noticias! Esa transición significa unos minutos extra en la cama. Con unos simples estiramientos antes de salir de nuestro dormitorio, podemos ayudar a que todos nuestros sistemas se despierten, además de hacer que la sangre fluya y la columna se caliente.

Por eso, queremos compartir contigo algunos hábitos para que la hora de despertar no sea una pesadilla, sino que puedas quedarte un ratito más en la cama y empezar tu día con calma. Te recomendamos que apliques uno por uno de forma gradual, siempre es más sencillo y práctico de esa manera. ¡Toma nota!

 

Una mañana tranquila

 

Muchas veces por dormir unos minutos más ponemos el despertador casi a la hora de comenzar a trabajar. Eso genera que empecemos el día con la sensación de que estamos tarde, tarde para tomar desayuno, para ducharnos, para sacar a pasear al perro, etc. Comenzar el día “tarde” tiene una repercusión en nuestro estado físico y mental. Así que te recomendamos que hagas el esfuerzo por programar el despertador un poco más temprano y te des el tiempo necesario para comenzar el día con tranquilidad. Algunas personas prefieren empezar con deporte, otras con meditación, otras leyendo el periódico o tomando un café. Cualquiera que sea la actividad que elijas procura darle el tiempo suficiente para que comiences tu día haciendo algo que te guste y no con una sensación que te genere ansiedad.

 

Movimiento

 

Cuando nos despertamos es importante mover y estirar el cuerpo ya que ha estado en reposo durante muchas horas. Además, diversos estudios han demostrado que hacer ejercicio por las mañanas potencia la actividad mental durante el resto del día, un efecto que puede durar hasta 10 horas después del entrenamiento. De esta manera, podemos mejorar la oxigenación de los órganos y del cerebro y arrancar el día listas para dar nuestro 100%. No tiene que ser una hora de deporte intensivo, puedes hacer estiramiento en tu cama y eso bastará.

 

Agradece

 

¿Con qué frecuencia agradeces en tu día a día? Es una pregunta que puedes llevarte para analizarla. Si lo que buscas es calma, practicar el agradecimiento puede ser tu gran aliado. Reduce tus quejas y pon el foco en aquellas cosas por las que puedes agradecer, no importa si es algo muy pequeño, siempre hay un motivo. Dedica un tiempo en tu día para enumerar aquellas cosas, personas, situaciones por las que te sientes agradecida. Puede ser a primera hora en la mañana o por las noches. Este hábito puede cambiar tu vida.

×